Si eres de los que busca caminos distintos, alejados del ruido turístico, el sendero desde Huanipaca hacia Choquequirao te está esperando. Esta ruta es menos conocida que la clásica desde Capuliyoc, pero no menos impresionante. De hecho, si te animas, descubrirás paisajes más verdes, ríos escondidos, cascadas, y sobre todo, comunidades que viven con el corazón arraigado a la montaña.
Aquí, el silencio no es vacío: está lleno de historia, de miradas sabias y de pasos que aún no han sido seguidos por multitudes. ¿Estás listo para recorrer este camino con respeto y curiosidad?
Huanipaca: el punto de partida silencioso
Tu aventura comienza en el distrito de Huanipaca, en la provincia de Abancay (región Apurímac), a unos 3,150 msnm. Este pueblo andino es tranquilo, acogedor y menos frecuentado por turistas. Desde aquí, el camino a Choquequirao es más largo, pero también más verde, más boscoso y más lleno de biodiversidad.
Antes de partir, puedes conocer a los artesanos locales, probar un plato de cuy o pachamanca, y escuchar historias que no encontrarás en ningún libro de historia.

San Ignacio: entre el verde y la fe
Uno de los primeros lugares importantes en esta ruta es la comunidad de San Ignacio, ubicada cerca del río Apurímac. A diferencia del árido paisaje del camino tradicional, aquí el entorno es más húmedo, con vegetación densa y fauna diversa.
Los pobladores cultivan café, plátano, papaya y yuca, y muchos de ellos participan en el mantenimiento del sendero hacia Choquequirao. Son gente amable, acostumbrada a la vida entre cerros y nubes. Algunos ofrecen hospedaje básico o alimentación si lo solicitas con anticipación.

Tambobamba y Pacobamba: herencia quechua y ruralidad viva
Más hacia el norte, en las quebradas altas, se encuentran las comunidades de Tambobamba y Pacobamba. Aunque no todos los viajeros las atraviesan directamente, muchas familias de estas zonas bajan hacia el camino para ofrecer servicios de guía o asistencia logística.
Aquí se vive la cultura quechua a flor de piel: la lengua es dominante, las vestimentas tradicionales aún se usan con orgullo, y los ritos a la Pachamama son parte del calendario agrícola. Si pasas por aquí, escucha más de lo que hablas. Ellos tienen mucho que enseñarte.
Rio Blanco y Santa Rosa: la ruta al ascenso
Cerca del río Blanco y en dirección hacia la montaña, encontrarás a personas que viven dispersas en caseríos y chacras familiares. No hay aldeas grandes, pero sí familias que, cuando te ven pasar, te saludan como si ya te conocieran.
Algunos puntos de descanso ya están siendo mejorados por las propias comunidades, gracias a pequeños proyectos de turismo rural. Si te hospedas o comes en alguno de estos sitios, estarás apoyando directamente a su economía, sin intermediarios.

Marampata: el cruce de caminos
Tanto si vienes desde Capuliyoc como desde Huanipaca, tu ruta se cruza en algún momento con Marampata, la última comunidad establecida antes de llegar a Choquequirao. Desde este punto alto, el complejo arqueológico aparece frente a ti, imponente y silencioso. Aquí hay más infraestructura, con hospedajes rústicos y lugares para acampar.
Muchos de los pobladores de Marampata trabajan tanto en labores agrícolas como en el apoyo a viajeros. La comunidad está organizada y busca mantener el equilibrio entre el turismo y la vida local.

Consejos importantes para este sendero
- Duración estimada: De 3 a 4 días (ida) desde Huanipaca hasta Choquequirao.
- Dificultad: Alta. Es más exigente que el camino clásico, por la humedad y los ascensos.
- Clima: Más tropical y lluvioso. Lleva ropa impermeable y calzado antideslizante.
- Alojamiento: Escaso. Planifica con anticipación o lleva todo tu equipo de camping.
- Interacción local: Aprende frases básicas en quechua. Sé respetuoso con la cultura y sus tiempos.