Calle Siete Diablitos, Cusco: Historia, ubicación y cómo llegar

Si alguna vez has caminado por las calles de Cusco y te has dejado llevar por la curiosidad, probablemente habrás escuchado hablar de la mítica Calle Siete Diablitos. Este pequeño rincón esconde no solo una historia fascinante y llena de leyendas, sino también una esencia única que sigue cautivando tanto a locales como a viajeros. La verdad es que, cada vez que paso cerca de este callejón, siento esa mezcla entre misterio y encanto que pocos lugares logran transmitir.

En este artículo te voy a contar todo lo que necesitas saber sobre la Calle Siete Diablitos en Cusco: desde su ubicación exacta y cómo llegar fácilmente desde la Plaza de Armas, hasta el origen de su nombre, su historia real (y las leyendas que le dan vida), además de los atractivos cercanos que puedes aprovechar para visitar. Te prometo que después de leer esto vas a mirar esta calle con otros ojos, o quizás te animes a recorrerla por primera vez.

Ubicación de la Calle Siete Diablitos en Cusco

La Calle Siete Diablitos se encuentra en el centro histórico de Cusco, una zona donde cada esquina parece contar su propia historia. Está ubicada en el barrio tradicional de San Blas, muy cerca del corazón turístico de la ciudad pero lo suficientemente escondida como para pasar desapercibida si no la buscas con atención.

Específicamente, la calle conecta la Calle Tandapata con la Calle Carmen Alto, formando un pequeño pasaje peatonal que serpentea entre muros antiguos y casas coloniales. Si no me equivoco, una de las cosas que más llama la atención es lo angosto del callejón y su aire algo misterioso. Muchas veces he notado cómo los turistas se detienen a tomar fotos o simplemente a mirar los detalles del lugar, porque realmente se siente que aquí el tiempo se detuvo.

Vista de la Calle Siete Diablitos en Cusco

La ubicación tan céntrica permite incluir la Calle Siete Diablitos en cualquier recorrido a pie por San Blas o el centro histórico. Además, está a menos de 10 minutos caminando desde la Plaza de Armas, lo cual hace que visitarla sea fácil y conveniente.

¿Cómo llegar a la Calle Siete Diablitos desde la Plaza de Armas?

Llegar a la Calle Siete Diablitos desde la Plaza de Armas es más sencillo de lo que parece. De hecho, en mi experiencia acompañando a amigos turistas, el trayecto resulta agradable porque atraviesas calles llenas de arte y vida local.

  1. Desde la Plaza de Armas, toma la calle Triunfo (al costado de la Catedral) y sigue derecho hasta llegar a la Plazoleta San Blas.
  2. Continúa por la calle Carmen Alto unos 200 metros.
  3. Poco antes del cruce con Tandapata encontrarás una pequeña entrada señalizada como “Calle Siete Diablitos”.

En total, el paseo dura unos 10 a 15 minutos caminando tranquilamente. Por cierto, es importante mencionar que el barrio de San Blas tiene algunas cuestas empinadas y calles empedradas, así que lleva calzado cómodo. Si tienes dudas, puedes preguntar a cualquier local; la gente suele ser muy amable y está acostumbrada a orientar a los visitantes.

La mejor hora para visitar es durante el día, especialmente en la mañana o al atardecer, cuando la luz resalta los colores y texturas del lugar. Me emociona pensar en lo mágico que puede ser ese momento en el que descubres un nuevo rincón histórico al doblar una esquina.

Historia de la Calle Siete Diablitos

Hablar de la Calle Siete Diablitos es sumergirse en un relato donde realidad y mito se entrelazan. No existe un registro oficial detallado sobre su fundación o construcción exacta, pero sí hay muchas historias orales transmitidas generación tras generación. En mi opinión, eso le da un valor especial: es un lugar donde la tradición viva sigue teniendo peso.

¿Por qué se llama Calle Siete Diablitos?

El nombre “Siete Diablitos” ha despertado la imaginación de propios y extraños durante décadas. Según cuentan algunos vecinos del barrio, el callejón recibió ese nombre porque antiguamente era un sitio donde las parejas jóvenes iban a esconderse para escapar del bullicio y tener privacidad. Las historias narran que, en las noches oscuras, las sombras proyectadas por las farolas parecían formar figuras misteriosas —algunos decían haber visto hasta siete pequeños diablos bailando en las paredes.

No existe evidencia histórica concreta que respalde estas apariciones, pero lo cierto es que esta leyenda urbana ha perdurado tanto que ya forma parte del imaginario colectivo cusqueño. Incluso hoy, muchos niños crecen escuchando advertencias sobre los “diablitos” traviesos del callejón. Lo que sí es cierto es que el nombre añade un toque de magia y picardía a este rincón tan especial.

Origen colonial y evolución histórica

Aunque buena parte de las historias giran en torno a mitos, se sabe que el barrio de San Blas fue uno de los primeros en desarrollarse durante la época colonial española. Muchas calles angostas y empedradas datan de esos siglos y mantienen su trazo original. En ese contexto, la Calle Siete Diablitos habría surgido como uno de esos pasadizos secundarios construidos para conectar viviendas y templos.

Con el paso de los años, el callejón fue testigo silencioso de cambios sociales: desde procesiones religiosas hasta celebraciones populares y encuentros furtivos (al menos eso dicen los abuelos). Hoy en día se mantiene prácticamente igual: angosto, empedrado y flanqueado por casas con muros gruesos y ventanas pequeñas. Es imposible no sentir ese aire antiguo mientras caminas por allí; honestamente, me recuerda mucho a las historias que me contaban mis padres sobre cómo era el Cusco antiguo.

Arquitectura y características de la calle

Lo primero que salta a la vista al entrar a Siete Diablitos es su tamaño: es un callejón realmente estrecho, tanto que dos personas difícilmente pueden caminar juntas en ciertas partes. El piso empedrado original se conserva bastante bien, aunque muestra el desgaste típico del paso del tiempo.

  • Muros coloniales: Construidos en adobe y piedra, con acabados irregulares pero resistentes.
  • Paredes encaladas: Pintadas típicamente de blanco o tonos pasteles claros, lo que acentúa las sombras al atardecer.
  • Ventanas y puertas pequeñas: Características propias del estilo colonial cusqueño.
  • Luminarias antiguas: Aunque ahora hay alumbrado público moderno, aún sobreviven algunos faroles tradicionales.

No esperes encontrar grandes monumentos o construcciones imponentes aquí; el encanto radica precisamente en su sencillez y autenticidad. A mí me encanta cómo los detalles simples logran transmitir tanta historia: las piedras gastadas, los techos bajos con tejas rojizas y ese silencio especial propio de los lugares cargados de memoria.

CaracterísticaDescripción
Ancho promedioEntre 1 y 1.5 metros
Material predominantePiedra y adobe
Longitud aproximada40 metros
Año estimado de origenÉpoca colonial

Atractivos y puntos de interés cercanos

Visitar la Calle Siete Diablitos puede ser una excelente excusa para explorar otros rincones fascinantes del centro histórico cusqueño. San Blas es conocido como el “barrio de los artesanos”, por lo que encontrarás talleres artísticos, cafeterías bohemias y pequeñas galerías muy cerca del callejón.

  • Plazoleta San Blas: Uno de los puntos más pintorescos del barrio, con su iglesia barroca y feria artesanal permanente.
  • Calle Hatun Rumiyoc: Famosa por la Piedra de los Doce Ángulos, está a solo unos minutos caminando.
  • Cafeterías y tiendas locales: Como Laggart Café o Trotamundos Coffee Bar, ideales para hacer una pausa después del recorrido.
  • Talleres artesanales: Espacios donde puedes ver cómo se elaboran piezas tradicionales cusqueñas.
Vista panorámica del barrio San Blas cerca de Siete Diablitos

En mi opinión, lo mejor es recorrer estos lugares sin apuro, permitiéndote perderte un poco entre calles empedradas e ir descubriendo rincones únicos. He notado que muchos viajeros quedan encantados al combinar la visita al callejón con una tarde cultural en San Blas: música andina en vivo, artistas pintando en plena calle y ese ambiente vibrante tan típico del Cusco histórico.

Preguntas frecuentes sobre Calle Siete Diablitos

  • ¿Es seguro visitar la Calle Siete Diablitos?
    Sí, es seguro durante el día. Como toda zona céntrica turística, conviene estar atento por las noches y evitar horas demasiado tardías si estás solo.
  • ¿Hay tours guiados que incluyan este lugar?
    Algunos recorridos a pie por San Blas pueden mencionarlo brevemente; sin embargo, es un sitio pequeño así que generalmente se visita por cuenta propia.
  • ¿Se puede tomar fotografías libremente?
    Por supuesto. La calle es pública y suele ser un escenario favorito para fotos artísticas o instagrameables gracias a su atmósfera singular.
  • ¿Hay alojamiento cerca?
    Sí, hay varios hostales y hoteles boutique en San Blas y alrededores, ideales si buscas quedarte en una zona tradicional pero cerca del centro.
  • ¿Recomiendan visitarlo con niños?
    Sí, aunque hay escalones y partes angostas; mejor ir despacio y atentos para disfrutar con tranquilidad.

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